domingo, 22 de julio de 2012

Yo tengo un ojo de trampantojo





Yo tengo un ojo de trampantojo
por el que veo lo que yo quiero.
Tengo una pierna que apenas piensa
si puede o no, subir la cuesta.

Tengo otro ojo de cerradura
por el que miro con atención
quién pasa cerca de mi balcón.

Un imperdible llevo en las cejas
¡Esto es horrible!
¿Hay alguien que sepa
para qué vale un imperdible?

Por eso quiero y busco
mi ojo de trampantojo.
Sí, porque este ojo sí es fiable.
No importa que finja
si, al fin y al cabo,
de cuentos bien nutrida,
he vivido la mayor parte de mi vida.

Las verdades todas,
tan ácidas, tan hoscas,
deben marcharse, a toda prisa,
camino de la horca.
Para justificarlo todo,
ya tenemos infinidad de trolas.

Tengo un ojo de cerradura
al que no importa darme disgustos.
Por ese ojo implacable
he sentido todo el frío
de las noches polares.

¡Que se vayan muy lejos
tus verdades! Lejos, lejos, lejos.
No quiero verme en los espejos.

No quiero reír por las mañanas.
Y cuando tenga ganas de llorar muy triste
no quiero recibir más el alpiste
de que esta vida es lo más bello que existe.

Escrito  el 29/06/2012
Publicado con fecha 22 de julio de 2012
Texto e imágenes realizados por Franziska Gar Zia
 

Alcalá de Henares, 29 de junio de 2012









  








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