jueves, 4 de agosto de 2016

EL MANANTIAL





Una viajera avanza. Se dirige hacia la gruta.
El viento, a veces, gime. Se desliza en el bosque
un rumor que clama al cielo…de hojas atolondradas.
Se han tronchado algunas ramas.
El monte guarda silencio.  El río ahoga sus lágrimas.


Pisa la tierra compacta que duerme siglos de tedio.
Sus pisadas resuenan como un día de tormenta.
Ajena al miedo que siembra y al rumor que la acompaña
la viajera se siente feliz con este proyecto.
Soledad, paz y silencio es lo que añora su alma.


Después de un verano atroz, el manantial languidece.
Está el poderoso río casi extenuado y maltrecho.
Los cantos del cauce son testigos mudos del exilio
que  todos los peces han tenido que afrontar.


La gruta está muy cerca del agua. Y puede estar habitada.
Se sienta a descansar del largo camino hecho. Enseguida,
los sonidos silenciados reaparecen, es el grito placentero
de criaturas que se arrastran, trepan, saltan,
se zambullen, vuelan, observan y cazan.

Es un asombroso mundo que recupera la calma.


Decían los campesinos que, al despuntar el alba,
la doncella del manantial, como todos la llamaban,
cantaba y que su voz era como un tañido de campanas.
Escuchar su canto  sanaba todas las dudas del alma.


Entonces, en la vida de las gentes, no existía el calendario
y el tiempo, no se contaba por años.

El manantial  nunca se volvió a secar, por eso
alguien dedujo que la moza era, en realidad,
la diosa Minerva madre de la sabiduría
y ¡cómo no, de la guerra!
                                         ¡Qué manía con las guerras!.


A día de hoy, y que yo sepa, nadie pidió su opinión.
Sabios y poderosos, ya se sabe,
otorgan honores…no siempre, razones.


Y esta es la historia sencilla del manantial
que limita al norte, con la serranía de Cuenca
y al sureste, con el complejo industrial que hay en Torrelodones.  ¿Que no hay complejo industrial?
Lo dije por no dar pistas a las embotelladoras del ramo.

Lo juro. Jamás, por mi, se sabrá donde está el manantial.


La doncella de esta historia
aborrecía la presencia de las gentes.
¿Qué la llevó a tal trastorno?
Caminaba descalza. Seguramente, desnuda.
No cazaba animales. Se alimentaba de yerbas.


Cantaba, sí. No tenía otra manera de hablar.
Algún invierno muy frío, se la llevó para siempre.
Aquella fugitiva jamás pudo imaginar
que, con el paso del tiempo, su tragedia personal
la conduciría a los altares de esa Roma imperial.


Alcalá de Henares, 3 de agosto de 2016
Texto realizado por Franziska para el
JUEGO DE LA PALABRA DADA
PALABRA:  MANANTIAL
DADORA: VIRGI

Virgi es la autora de un blog muy especial, personalísimo, que ella enfoca con unas fotografías de gran calidad con las que narra alguna historia, imágenes que ella termina de completar con sus palabras. Un blog interesante de veras.








 











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