jueves, 1 de julio de 2010

HACE TIEMPO QUE TOMÉ LA COSTUMBRE


Hace tiempo que tomé la costumbre


de fregar mi casa, encender mi lumbre,

desempolvar armarios, buscar en los rincones

las muertas arañas y sus rotos crespones.



Y, en el trastero, emprendí el rescate

de marchitas, resecas emociones

que tiempo atrás, fueron flores

de fragantes aromas y de bellos colores.



Desde entonces, es raro

que un solo día pase

sin que armada de bayeta, escoba y estropajo

no barra, friegue y enjabone mi pasado.



Y después de tan agotador trabajo

emborrono cuartillas con breves pensamientos

e ideas sencillas. No soy, bien lo siento,

ni un sabio ni un filósofo:



No observo el lado oscuro

y hay veces que ni veo el lado obvio.

La poesía es para mí, una expresión de duelo

y también de alegría y no el encorsetado



de palabras rimadas; ni los ángulos claros

u obscuros que tienen el amor y la noche;

ni tampoco mi llanto, ni mi efímera alegría;

ni siquiera lo que, impasible, contempló mi ira.





Como creo, no es la poesía

almibaradas mieles ni delicias

ni fuentes cantarinas

ni pájaros flautistas.



Creo que está dentro, en la vida sincera,

del ser de sentimientos limpios

que puede sentir el poema

más puro y más perfecto

que jamás se haya escrito.



Raitán

Estas palabras fueron escritas cuando yo usaba el seudónimo de Raitán que, sin pensarlo y poco a poco, he ido cambiando por mi nombre aunque es verdad que está vestido con una z y una K que

son sonidos ajenos, en especial la letra k porque la z abunda y da una variedad extraordinaria a nuestra lengua. La verdad es que Franziska recuerda más al idioma alemán. Como casi todo lo que yo hago, no es más que un juego.

Utopia

    Conjugáremos  los verbos sin futuro y ya no existirán condicionales ni conciertos, contratos ni otras causas que el presente c...