domingo, 26 de noviembre de 2017

CIRCUNVALACIÓN







Circunvalando me zarandeo.
Zarandeándome yo me cimbreo.
Pisando el freno, de vez en cuando,
el intermitente va funcionando
pero el volante se descontrola
si pasa cerca de las farolas.



Chillan las llantas cuando patinan
porque se agota la gasolina.
La carretera inaccesible
marca el péndulo de lo tangible.
¿Tangible dije? ¡Quién lo pensara!
¡Ya está la vida bastante cara!


Circunvalando, a toda prisa,
llegan los coches a la autopista.
La carretera se está atascando.
Valiente embudo está creando.
La hora punta es hora aguda
como saeta se va incrustando.


Es un fenómeno en el que pienso
¿existirán kilómetros de tres mil metros?
Yo juraría que alguien se encarga
de prolongarlos todos los días.
Un mar de asfalto circunvalando:
montañas de vehículos acelerados.


Aire y lluvia han escapado:
ha quedado el ozono descontrolado.
Alergias, bronquitis y catarros circunvalan
en libertad por nuestras azoteas, calles y plazas.
Es el precio que hoy pagamos por tener
el mundo desarrollado que hemos creado.




Yo circunvalo, tú circunvalas, él circunvala:
porque la circunvalación nunca se acaba.
Ha llegado seguro para quedarse.
Cuando los coches vuelen -no está lejos-
todos tendremos nuestro aeropuerto
entonces, de la circunvalación prescindiremos.



Alcalá de Henares, 26 de Noviembre de 2017


Texto e imágenes realizados por Franziska para
EL JUEGO DE LA PALABRA DADA

PALABRA:  CIRCUNVALACIÓN
DADORA:  Rosa María autora de los blogs 
·        “IDEAS, LETRAS Y OTROS”
·        “LOS RELATOS DE ROSA MARIA FAVALE”




Querida Rosa María, he tenido problemas con la palabra propuesta porque por un lado me llevaba a la carretera y por otro,   a las fortificaciones militares.  He preparado tres textos: una adivinanza, un yo no sé cómo definirlo y por último, el texto que acabo de idear. Creo que, con todos sus defectos, porque es una mezcla de broma, ironía y realidad es el que al fin verá la luz y se enfrentará con vuestras críticas o amables comentarios. Así es.  Seguro que si siguiera pensando un poco más podría, quizás, tomarlo en serio, inventar metáforas y llevarlo por el camino del lirismo poético. Lo siento.  Las palabras tienen una fuerza extraordinaria, son tozudas y no se prestan, dócilmente, a que se retuerzan sus significados.









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