martes, 28 de agosto de 2012

Un árbol centenario




El viento balancea
un árbol solitario
en el campo.
Es una imagen fija,
como un reflejo
dormido en el recuerdo.

Sobre sus ramas se han posado
millares de lluvias frescas
y, también, algunos rayos
del dios agrario,
le han azotado
en los inviernos pasados.

La brisa ligera
ha besado sus ardientes hojas
en verano.
Impasible ha visto
pasar el tiempo.

Ahora tiene las sienes blancas,
semiabiertas, las pupilas;
y ya no puede escuchar
el trinar de los pájaros.
Es un árbol viejo.

Sin embargo, su corazón
aún presta asilo
a las puestas de mirlos y vencejos.
Es humilde
tampoco exhibe cuentas
de cuántas primaveras
ha vuelto a renacer
llenándose  de flores y de hojas.

Cada noche
sonríe con ternura
a las estrellas
porque aún está vivo.
Habrá de llegar el rayo que lo encienda
o el hacha solitaria que lo abata.
¡Quién sabe!

Alcalá de Henares, 4 de julio de 2012
Texto e imagen de Franziska
(Publicado con fecha 28/08/2012)


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