Llegué a este mundo sin solicitarlo
y fue para mí, durante un
tiempo,
un lugar de paz, de luz y
de misterios.
Según consta en mi carta
astral, son mías
la genética de la
curiosidad y la fantasía.
También viajaba conmigo la
inocencia
y un ansia y un afán de
libertad:
nunca lograda
porque llegué a este mundo
en el momento y lugar
equivocados.
Es ocioso hablar de
aquellos tiempos.
Sobrevivir fue siempre
prodigioso.
Hambre, frío, represión y
miedo.
En ese mundo se
esparcieron mis sueños
y en él, se abortaron mis
anhelos.
Ahora que he marchar,
quiera o no quiera,
tengo que confesar que no
sé dónde ni cuándo
perdí de vista a mi
inocencia.
Y está claro, también se
extravió, más tarde,
todo albor del atardecer de la paciencia.
Un murmullo de desidia y
desaliento
es el motor que apaga mis
proyectos.
¿Por qué sigo luchando y
para qué?
La angustia de obtener
fortuna
es una polución orgánica y
esquiva.
La sierpe misteriosa del
destino,
-hastío de mis días y mis
noches-
galopa enfurecida y en su
trote
va gritándole al mundo que
me irrito
y ya no se en qué rama
del árbol en que habitan
las esencias
-luciendo o ya apagada-,
quedó mi inocencia
despistada.
Alcalá de Henares, 28 de
abril de 2015
Escrito por Franziska para
EL JUEGO DE LA
FRASE DADA
FRASE: EL PRESENTE ME HASTÍA
FRASE DADA POR: ALBERTO CUBERO MELLADO
NOTA: He introducido un pequeño cambio, por el momento, no sé durante cuánto tiempo. He trabajado con una frase dada y despues, igual que sucede con la palabra, sale lo que me inspira ésta. Cuando me pongo a escribir es lo que mi pensamiento va hilando. Nunca intento escribirlo como algo personal: aunque utilice la primera persona. Bueno, ahí queda este nuevo poema junto con una colección de fotos de begonias, tomadas en el invernadero del Jardín Botánico de Alcalá de Henares, ciudad en la que vivo desde hace quince años.