El búho en el bosque atento
al sonido
que llega de lejos, sus
ojos alerta.
Se oyen rumores. Las hojas
de un roble
se protegen del viento, silenciosas
duermen.
Un ciempiés adusto acciona
sus patas
y calza zapatos de nácar y
plata.
Y dice para sus adentros
que tener cien pies es
todo un tormento.
Los ojos del topo brillan
en las sombras
y husmea el aire para cerciorarse
de que algún murciélago
no caiga sobre él para
devorarle.
La noche cerrada de luna
menguante,
parece encantada. El canto
del cárabo
de ojos abiertos, negros y
atentos es monotonía.
Canta el cárabo, cerca del
lindero,
próximo al lago de las
aguas grises
con un canto largo,
angustioso y triste.
En el alma mía no hay
desconcierto.
Es un mundo abierto a la
luz ausente
aquella que habita en el
Occidente
y sin luna ni estrellas,
en todo el Oriente.
La noche es locura del soñar
despierto
de fantasear que la luna hasta el lago llegue
a pulir escamas, platear
aletas,
maquillando ojeras a los
peces ascetas.
Vemos las estrellas lucientes
y bellas
que el Sol nos oculta. Es
un hecho extraño
que a mayor luz, más apasionante
es lo que perdemos, es lo
que ignoramos.
Lo que la negrura oculta y
trasforma,
es lo desconocido y no
tiene nombre.
Es la mente rota del saber
del hombre.
Alcalá de Henares, 7 de
Diciembre de 2014
Texto y fotos (insertadas como al buen tuntún) pero ambos realizados por Franziska para el
JUEGO DE LA PALABRA DADA
PALABRA: NOCHE
DADOR: FELIPE GARCÍA TERRÓN