Todo pasará, las cosas van y vienen.
Siempre podemos sembrar
un luego de ilusiones
Siempre podemos sembrar
un luego de ilusiones
que crecerán mirando al sol
y regarlas con las risas frescas
de las mañanas de domingo
llenas de luz y halos de misterio.
y regarlas con las risas frescas
de las mañanas de domingo
llenas de luz y halos de misterio.
Y los amaneceres, volverán a tener
un sentido y un afán sinceros:
algo así como el vuelo salvaje de las aves.
un sentido y un afán sinceros:
algo así como el vuelo salvaje de las aves.
Y dejaremos los sueños en la almohada.
Así, a la mañana siguiente,
será como el aseo de la mente:
enérgico cepillado de propósitos.
Pisada firme, mirada sonriente,
no ha ponerse el sol sobre tu frente.
Encontraré en la vida lo que busque
yo sé que mi destino aún espera
así es que rápido, a la calle,
esta mañana puede estallar la primavera.
Y nos pondremos el mundo por montera.
Ya no dirán que me escondo de mi misma
con los ojos cansados para ver las estrellas,
tras mi juego de
palabras encendidas.
Ya no dirán que mi vejez temprana
se ha tornado amarilla y es toda canas;
que caen, con precisión, de mi reloj
una gran cantidad de horas muertas.
Dirán, para nuestra alegría y nuestro asombro,
que todo el mundo oye nuestros versos
que los mayores tenemos derecho al universo
y que han dejado de
escucharnos sin atención,
como quien oye llover, si no hay tormenta.
Empieza el fin de la incomprensión.
Se acerca, a pasos agigantados,
la era de todos los derechos del mayor.
Alcalá de Henares, 2 de agosto de 2012
Texto e imágenes de Franziska, alias Raitán