domingo, 20 de diciembre de 2009

¡Y así, todos estamos tan contentos!



Las fiestas, tan necesarias a nuestro corazón,
acuden, puntualmente, a su cita en Navidades.
Y entonces entonamos villancicos y tocamos
zambombas, guitarras, castañuelas y panderos

en honor a ese niño chiquito ¡que es Rey de los Cielos!
¡Y así,  todos estamos tan contentos!

En nuestra memoria rescatamos el misterio,
la magia y la luz que tenía el Nacimiento
con su Niño feliz y desnudo en nuestro mundo.

¡Y así,  todos estábamos tan contentos!

Van pasando los años y nosotros ya no somos
aquellos niños que soñaron  con un mundo mejor.
Ahora no queremos perder nuestros recuerdos
pero tampoco  extraviarnos en el laberinto del pasado.

Con nostalgia, a veces, nos decimos:¡todo fue un sueño!

¡Es verdad que perdimos la risa y el candor!
Esa alegría y esa inocencia que recuperamos en Navidad
es un hecho renovado,   tan amado y feliz
que lo queremos por siempre a nuestro lado.
¡Y así,  todos estamos tan contentos!

El nacimiento del Niño Dios es todo un símbolo.
Recordamos que nació –desnudo como todos nacemos-
y nos dijeron  que María parió bajo la luz de las estrellas.
¡Y así,  todos estábamos tan contentos!

¡Que brilló una estrella con  un fulgor de soles esplendentes
que atrajo y guió a los pastores y a las tres Reyes Magos de Oriente!
¡Y así,  todos estuvimos tan contentos!

 Pero en aquella historia –como todos sabemos-
 estuvo Herodes: un hombre perverso que  temeroso
de que le arrebataran su poder y su gloria,
ordenó la degollación de los santos inocentes.


Para salvar la vida de su hijo, huyeron hasta Egipto, José y María.
¡Y así,  ya no estuvimos todos tan contentos!

Dentro de tres meses, más o menos, recordaremos afligidos
la pasión y la muerte de ese Niño que nació para enseñarnos
que el amor al prójimo debe ser la primera ley de nuestra vida.
¡Y así,  todos estamos tan contentos!

¿Hay alguien que la cumpla? 
¿Quién de nosotros recuerda el hambre y la miseria
al mismo tiempo que ponemos en nuestra mesa
los más ricos manjares que podemos comprar?
¡Y así,  todos estamos tan contentos!

Sé bien que lo que digo lo piensan otras gentes
pero también sé que aquí estamos todos con la cara inocente.
No queremos amargarle la fiesta a nadie ¡Que tengan la fiesta en paz!
¡Y así,  todos estaremos tan contentos!

Alcalá de Henares, 20 de Diciembre de 2009
Texto realizado por Franziska
las imágenes de Internet 




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