viernes, 27 de noviembre de 2009

...hasta el tono encendido de los rojos más bellos




Siempre salí en busca de la vida.
Si amo las flores, las cultivo en mi huerto.
Sin rumbo fijo embarqué en un velero.
Las estrellas contemplo, si me las muestra el cielo.






Mi fantasía, en la infancia lejana,
se nutrió de millares de cuentos.
Así, he sido pastora, niña hambrienta, princesa,
y en el país de las maravillas, he sido Alicia.


En el bosque, he cantado la sinfonía del viento.
Mi voz era el grito de un pájaro en celo,
el susurro del agua que camina hacia el mar,
el aleteo constante de las aves que vienen y van.


Hasta mis oídos ha llegado el rumor más quedo
que producen las hojas cuando caen en el suelo.
Mis ojos han contemplado desde el verde más pálido
al azul más intenso, del violeta al amarillo
hasta el tono encendido de los rojos más bellos.

¡Cuántas cosas hermosas me regaló la vida!


Yo le correspondo con mis pálidos versos.
Ni cuento las sílabas ni mido las rimas de mis pensamientos
pues, como palomas, en mi alma los tengo.
Siempre estoy contenta cuando los libero.

Como Tagore dijo:

¡Qué triste sería el bosque
si cantaran en él sólo los pájaros de la voz más dulce,
de los trinos más afinados y perfectos
de los sonidos más armoniosos y más bellos!

Texto e imágenes de Franziska
Alcalá de Henares, 27 de noviembre de 2009



Utopia

    Conjugáremos  los verbos sin futuro y ya no existirán condicionales ni conciertos, contratos ni otras causas que el presente c...