jueves, 5 de febrero de 2009

Como el agua que mana de una fuente




La sempiterna manía
de disponer de una fecha,
de anclarnos en un día.
Un cumpleaños es un antes
de lo que vendrá después,
un después de lo que ya es…

La suma día tras día
de afanes, melancolías,
de sueños y utopías.
De tibios amaneceres,
de crepúsculos inciertos,
de afanes y proyectos.

Has soportado, gozado o sufrido
cuarenta y cuatro primaveras.
En la meseta, los tórridos veranos
con sus agonías y húmedos calores
de tranquilas siestas soñolientas.

Supongo que has amado –como todos-
y que te ha desesperado la monotonía
del lento aprendizaje y del trabajo.
De otoño llegarán absortos arreboles
de las polvorientas márgenes del río.

La trémula nave del destino
te atracó en el puerto de este oficio
de rimar y decir, sin decir nada;
y sin decir nada, dejarlo todo claro.
Como el agua que mana de una fuente
al inicio mansa, después torrente.



Dedicado a mi querido profesor, Jesús Urceloy,
con motivo de su 44 cumpleaños.

Franziska Alcalá de Henares, 8 Mayo de 2008

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