sábado, 29 de agosto de 2015

Aves sin alas y con sueños en la nada





Acaba de suceder.
A un pozo de Estambul
arrojaron un baúl
y no era cachivache 
para que fuera lanzado,
de ese modo, a ningún lado. 


Llegó una hurí lejana,
de bellas hebras de plata.
Lucía en su garganta
collares de esmeraldas
y tenía en sus pestañas


brillos del sol de Granada.


En su sonrisa, estrellas
sin luz de la madrugada.
Y en sus lamentos, gemidos
de  Luna enamorada.


Sus tintineantes ajorcas
van dejando una huella de albor
y una simiente de amor.
No es posible que exista el dolor
cuando canta un ruiseñor.


En ese cofre se guardaban
recuerdos de un tiempo incierto.
Soles del amanecer, ya muertos.
Campos de cielos arados.
De otoños abandonados, un espejo.


Fueron baúles de azabache.
Quisieron desafiar a las estrellas
y no lograron levantar
                               sino el polvo
de sus pasos al salir hacia el ocaso.


Un cofre llevamos dentro
donde aislamos lo que fuimos,
lo que somos y seremos:
Aire. Proyectos como el humo.
Aves sin alas y con sueños en la nada.


Alcalá de Henares, 29 de agosto de 2015
Texto y fotografías realizados por Franziska.

Las fotos se tomaron en la exposición del fotografo español surrealista, CHEMA MADOZ.  Se pueden captar reflejos y sombras.
Lo siento pero no he podido evitarlo. Puesto que mis versos y su sentido pretenden también pisar el terreno del surrealismo, encontré una excusa para publicar las fotos. Por esta vez, no parto de una palabra dada, lo que no deja de manifestarse también un tanto surrealista a pesar de mis esfuerzos. 

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