miércoles, 4 de agosto de 2021

LA ESCALERA


 

Somos como el espíritu del viento

que habita en las montañas,

una legión de hálitos fantasmas.

Energías sin paz y sin justicia

dormitando en el vacío de la nada.

 

Fue una casa de pisos de alquiler.

En las buhardillas vivían los desterrados.

En los sótanos, con patios oscuros,

a los que nunca llegaba el sol de la mañana,

un gato ciego y todos los realquilados:

 


Dos hermanas solteras y enlutadas.

Un mutilado, recién llegado de Alemania.

Un albañil que tenía un vino iracundo.

Un taxista golfo y parlanchín.

Una mujer obesa iba y venía de ninguna parte.

 

Mirando al hambre cara a cara,

esa mujer erguía su cabeza.

¡En un mundo famélico era tan rara!

Una anciana enjuta y desquiciada

ama de una gallina flaca y desplumada.

 


Ah, esa voz de la vieja escalera…

¡Cuántas tragedias tendrá en su memoria!

 

¿Cuánto dolor cargó María

sobre su frágil alma de alondra?

La vimos


marchar temblando, agónica, herida.

Sin compañía, salió  aquella noche

en busca de su padre.


Es una escalera tan espaciosa…

El arquitecto la imaginó llena de luz

con


femeninas curvas sinuosas.

Solícito lugar para el descanso.

Una ruta para la sonrisa  y el saludo.

 


En la planta primera un gran ventanal

espera que te aquietes y mires las estrellas.

La escalera asciende, puedo asegurarlo.

He oído la voz de todos sus peldaños

gemir y conmoverse en las noches de invierno.

 


Si Dios está en todas partes, está aquí.

Habrá posado sus manos en la barandilla.

Tantos años de descuido y ella se sostiene

sin haber perdido ni uno solo de sus tornillos.

Ahora, el óxido los tinta en rojo carmesí.

 

En las sombras del tiempo que pueblan mi memoria,

el eco de las


 risas y alocadas carreras de los niños,

dieron vida a las entrañas de la escalera.

Cuando llegó otro tiempo,

sus labios,  abiertos al silencio del terror,

huyeron al destierro del miedo.

 

El rastro de un ciempiés nos avasalla.

Estamos en la cuneta del olvido.

Sabemos que nuestra espera es baldía.

En un laberinto de cobardía, ella se extravió.

 


Casa con ochenta ventanas y ninguna puerta.

María no podrá escapar de su prisión.

Alcalá de Henares, 4 de agosto de 2021,  el texto y las imágenes realizados por Franziska para el juego de la palabra  dada. PALABRA: ESCALERA

 

NOTA:

Este texto se creó en el  Taller de surrealismo de Alberto Cubero. Texto apoyado en una fotografía de una escalera de principios del  1900. De arquitectura modernista.  No está habitada.  

 

 

 

 

 

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