que no ha de llegar muy lejos
danzando al compás del viento.
Y te dejas mecer por la corriente.
Aprendes a no ser prisionera de las penas.
A gozar con el tibio sol de los ocasos.
No puedes evitar que tus ojos vean
realidades virtuales inconexas.
Instantes que, en la lejanía,
cobraron evidencias no causales.
de sopesarlo todo, de darle un nombre,
de querer crear un talismán para la eternidad.
Llegando a complicar lo más sencillo
hasta alcanzar consecuencias
que no somos capaces de afrontar.
Soy esa hoja desprendida
del árbol que me dió el ser
y es ese anhelo de volver
-que no es realizable y nunca podrá ser-
lo que me hace navegar sin rumbo
cuando está claro que quedan
pocos segundos para aterrizar.
Será sobre el asfalto
y en ese minuto cruel e indefinido
al morir del ocaso ya gastado
o en el rebullir del día que se anuncia.
Porque sin luz, ¡ay, madre mía!
no sabré en que lugar me poso
ni a dónde acabo de llegar:
espero no caer en algún charco.
El remolino que me elevó a la cumbre
perderá su fuerza turbadora
y, sin ninguna duda, me dejará caer.
Alcalá de Henares, 29 de julio de 2010
Texto e imágenes realizados por Franziska
Hoy no hay Juego de la palabra dada porque he agotado todas las que tenía. Cualquier palabra vale para iniciar el juego y debe ser lo primero que se piense, no hay que seleccionar. ¿Hay alguien que quiere aportar su palabra? Muchas gracias.
4 comentarios:
Necedad
Excelente.
Saludos y buen fin de semana.
Necedad
Palabra rica, de veras.
Entre sus propios vocablos
y un centenar –no menos-
de sinónimos y afines
y con algunas voces tan sonoras
como son panoli y pánfilo,
sansirolé , mamacallos,
gaznápiro y pazguato.
Si entendemos, claro está.
que necedad es lo que hace un necio.
He oído alguna vez
que el mayor problema del necio
es que ignora que lo es.
Juzgo que también es desatino
prestar atención al memo
y –como veis- no es por hacer desprecio
de la estupidez ajena.
Puede que yo tenga ahora
una despensa repleta
de memeces y disparates
y algún que otro dislate.
¡El tiempo que estoy perdiendo
si zoquetes o zopencos,
bobalicones o alelados…
Ya que sigo sin saber
¿quién es quién en este empeño?
Ya lo dijo el Evangelio
que es muy fácil señalar
la paja en el ojo ajeno.
Renacer
Es la palabra que me sugiere el final de tu poema...no sé si es correcto o no.
Un gran abrazo
mj
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