El marinero en tierra
Porque la noche se desploma sobre la mar
y entonces un coro de tinieblas despierta
y canta el rapto de la ausencia
de luz y claroscuros.
Sin embargo, el marinero en tierra lo que añora
es revivir el asombro de contemplar la luna
asomada, coqueta y repeinada, en el balcón de la noche;
mientras, las miríadas de estrellas rutilando
cantan la canción del amor que sabe a viento.
Ciudad
Lugar donde los hombres se vigilan.
Territorio de torpes y crueles acechanzas.
Razas que habitan en colmenas no grupales.
Donde reina la soledad en compañía.
Donde se ocultan y se pudren los deseos.
Espacio en el que se entierra a la esperanza.
Tierra de fértiles cosechas de añoranzas.
El aire
El aire es semejante al amor:
porque se mueve,
sabemos que existe.
Circunda la Tierra buscando el corazón del hombre.
Pero no dispone del
tiempo que el amor precisa
para arraigar con
firmeza sus raíces antiguas.
En algún lugar –yo no
sé dónde-, quizás, en Utopía
crece una flor cuyo
polen difunde el viento en su furor
y de esa flor, sin
ninguna duda, renacerá el Amor.
Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 2013
Textos e imágenes realizados por Franziska