Fue el
azar, nunca el Destino.
Otra
etapa en el camino.
Posada de
peregrino
de un
viaje sin retorno.
Lágrimas
de quinceañera.
Las más puras,
las primeras,
le dieron
vida a tu ausencia.
El árbol
de esa experiencia
tiene
poderosas ramas
y en él
anidan las aves
que clarean
mis mañanas.
El
reencuentro del ayer
fue una
estela perdida pero,
como una
tea encendida,
aún calienta
mi razón.
Lo
imposible es todo aquello
que no
olvidamos jamás.
Lo
quimérico es lo que queda
cuando ha
muerto lo real.
JUEGO DE
PALABRA: REENCUENTRO
DADORA: VOLARELA,
Maite Sánchez Romero,
El texto y las fotografías realizados por Franziska