La posesión es su fin.
Nunca logra sus deseos.
Vacías están sus arcas.
Para colmar tal afán
no serían suficientes:
todos los tesoros del mundo,
todas las perlas del mar.
Fama de romper el saco.
Es evidente que ama
más al dinero que a Dios.
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que te incita en todo instante
a buscar, a cualquier precio,
el placer sin más razón.
Igual que don Juan Tenorio
tú huyes del matrimonio.
Ni una, ni cien, ni mil
bastan a colmar tus ansias.
Después de probarlo todo
aún no sabes qué buscas
y cuando miras, te ofuscas
pues no sabes lo que ves
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Las cerezas
qué jugosas, qué dulces y qué sabrosas
me esperan en la encimera.
¡Pero qué lejos está la cocina del salón!
Me lo pienso.
Luego iré.
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El exceso es siempre igual:
se pasa en la cantidad
e igual en la calidad.
Es desmesura en la mesa,
en un rincón de la cocina
o al abrir la despensa.
Y cuando haces la compra
todo va a parar al carro:
No te importa el despilfarro.
¡Hasta un cochino
en su pocilga
te miraría asombrado!
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Es por su agrio sabor
como zumo de limón.
Quizás, por eso, anda el amarillo
tan marcado en su color.
Ruin es tu traza.
Débil y turbia es su barcaza
en que navega por aguas fétidas.
No quiero oír más tus consejas
sé que me enredas con tus cabezas
de hidra fiera.
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Lo primero que te topas
es con el porte estirado,
la voz apremiante y fiera
-hasta cuando pide un favor-
y la mirada altanera
que evalúa en un instante
qué sastre te viste
y a cuántos colegios fuiste.
Cuando llega a alguna parte
jamás pregunta si hay alguien delante
y se dirige al instante
reclamando e exigiendo atención.
No puede esperar ni sabe
exponer tranquilamente
razonamientos y juicios.
Directamente exige resarcimiento
incluso de lo que no es cierto.
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Ira
Es triste, es amargo
y a saltar está dispuesto
como hiena del desierto.
Está atizando una hoguera
que prenderá las praderas
y las mieses de las eras.
Y no se aplaca su furor
ni sus instintos de fiera
paraliza un estertor.
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Hijos de la ira son los celos y la venganza.
Celos
Una opresión sobre el pecho
turbadora y exigente
y una angustia cegadora
que te amordaza y te hiere.
Mil demonios andan sueltos.
Tú sabes que aquello es cierto
pero te hallas perdido
como el agua en el desierto.
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Venganza
style="color:#cc0000;">Pasión del alma.
Por causa justa:
venganza fiera.
Enojo airado del desalmado
que cruel castigo
sañudo aplica
Lleno de encono
y de rencor
dice ser víctima de su furor. ……………………………………………………………………………
PALABRA: PECADOS
DADORA: ANA MARÍA AGUIÑIGA. No publica ningún blog pero no es condición necesaria. A partir de ahora, irán apareciendo otras palabras dadas por amigos o conocidos para poder continuar con mi juego.
Raitán
Alcalá de Henares, 13 de octubre de 2008
6 comentarios:
sabios poemas
un saludo
Perdonar las molestias. No he sabido como corregir el espacio vacío y lo he intentado...
Saludos cordiales.
Se vive aún en un consumismo y en el derroche ma´s puro.
le invito a pasar por msi blogs y retirar si gusta los regalos que he dejado en ellos
ir
www.lasrecetasdelaabuelamtilde.blogspot.com
y de ahí a mis otros blogs
le saludo y dejo mi paz mary carmen
Esta muy bonito tu blog, no sólo por el aspecto fisico, también por su contenido y especialmente porque eres tu la persona que lo hace posible.
Un beso muy grande y gracias por compartirlo.
bellos poemas amiga muy bonitos
Qué capacidad creadora la tuya, te felicito. Las fotos también denotan lo mismo, me encantaron y todo me pareció un conjunto exquisito.
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